Así, en el siguiente pase de Dior -ya sin Galliano- surgieron a la pasarela cuarenta costureros con batas blancas de trabajo, en vez del clásico paseo del modista estrella. Pese a todo, la influencia de los grandes diseñadores entró en cierto declive, un hecho que se puso de manifiesto con el despido de John Galliano de la firma Dior en 2011 por unas declaraciones segregacionistas; algunos analistas vieron en ello el fin de la era dorada del modista.