España perdió en esta centuria la influencia que ejerció durante los reinados de Carlos I y Felipe II el siglo anterior, si bien a nivel interno continuó con la misma tipología de prendas, ajena a la nueva influencia francesa que se hacía sentir en el continente. Tras la decepción liguera, el Atlético se fijó como objetivo la Copa, una competición que nunca se le había dado bien. Sin embargo, Felipe IV impulsó un retorno a la sobriedad, que estipuló en sus Capítulos de Reformación, publicados en 1623, donde, entre otras medidas, prohibía los cuellos tipo gorguera, sustituidos por la «valona», un cuello de lienzo apoyado sobre una armadura de cartón llamada «golilla».