Entonces era imposible imaginar esa normalidad que ahora se empieza a alcanzar, otra vez con las gradas llenas, tercera equipacion real madrid sin mascarillas y pudiendo ir a la compra sin temor a contagiarte por rozar la báscula en la que se pesa el calabacín. Dos semanas después de aquel partido, la ida de los octavos de final de la Champions -perdió el Real Madrid por 1-2-, el mundo se cerró de golpe, empezamos a hacer sentadillas en el salón de casa, equipacion real madrid a tomar las cervezas viendo a los amigos en la pantalla del ordenador y a salir a comprar con tanto miedo como si en vez de ir a por fruta fuésemos a robar el Banco de España sin la ayuda del Profesor.